La obra presenta bajo una nueva perspectiva un tema ocultado durante mucho tiempo, o abordado con una gran parcialidad: el combate dirigido por el papa de Aviñón Benedicto XIII (1394-1422) para hacer reconocer su legitimidad ante los pontífices de Roma y de Pisa que se le opusieron durante el Gran Cisma de Occidente.
Alrededor de la inmensa figura de Pedro de Luna, se entremezclan varios temas anexos que se esclarecen recíprocamente: cuestiones políticas de la época que a menudo han dictado la elección de conciencias y han finalmente permitido al partido romano prevalecer; los medios empleados por la Iglesia que salió del concilio de Constanza para borrar la memoria de Benedicto XIII; el devenir del tesoro y de la biblioteca de los papas de Aviñón; y finalmente la supervivencia del linaje del Papa Luna en el valle del Viaur (cerca de Rodez), desde los años 1430 hasta el juicio de la familia Trahinier (1467), incluso más allá.